sábado, 24 de febrero de 2007

MEDICAMENTOS PARA RICOS Y MEDICAMENTOS PARA POBRES


Una reflexión sobre la voracidad de las multinacionales farmacéuticas que anteponen la obtención de altos dividendos de ganancias a la vida de millones de seres humanos que no tienen acceso a los nuevos medicamentos. ¿Es verdad que hay medicamentos para ricos y medicamentos para pobres?.


Desgraciadamente es verdad que el acceso a los medicamentos, esta ampliamente vetado a los países pobres, lo cual les hace aun más vulnerables al azote de las temidas enfermedades de nuestro tiempo. El cáncer, el SIDA, etc.. son enfermedades para las que la investigación farmacéutica dedica grandes esfuerzos, pero de donde ninguno de ellos esta orientado a paliar el dolor y la muerte de millones de seres humanos pobres que no tienen dinero para adquirirlos.

Recientemente las organizaciones no gubernamentales Intermón Oxfam (IO) y Médicos Sin Fronteras (MSF) entregaban a la multinacional Novartis mas de 200.000 firmas recogidas para disuadir a esta grande farmacéutica de su interés de llevar a los tribunales internacionales de justicia al gobierno de la India el cual restringe en su ley interior de patentes de medicamentos el derecho a patentes de aquellos medicamentos que no supongan verdaderamente una novedad, todo ello con la idea de proteger la fabricación de los llamados “medicamentos genéricos” que son mucho mas baratos y de cuya fabricación es líder en el mercado mundial este país.

¿Qué ventajas tienen los medicamentos llamados genéricos? En principio la más importante es el abaratamiento de su precio así como la liberación de su fabricación. Hace ya tiempo allá por el año 2001, y en el marco de la Organización Mundial de Comercio (OMC) se establecieron las normas para la fabricación de estos medicamentos y se concedió a los países la capacidad de proteger la fabricación de medicamentos genéricos con el supuesto beneficio o fin humanitario de universalizar los tratamientos farmacológicos de determinadas enfermedades que azotan a los países pobres. Poco duró esta generosa voluntad de hacer el bien y desde entonces hasta ahora las grandes multinacionales del medicamento en manos de los países avanzados han venido ejerciendo una política de interposición al desarrollo de este planteamiento, llegando a la actualidad, en donde para ejemplo que sirva el botón de muestra de la multinacional suiza Navartis.

El medicamento en disputa, un anticancerígeno denominado Glivec que la farmacéutica suiza vende por 2.600 dólares por paciente al mes en los países en los que ha registrado su marca, cuesta sólo 200 dólares en versión india, porque allí su fabricación no esta registrada a patente y es considerado genérico.

Médicos sin Fronteras en su documentación sobre el tema nos informa y nos habla del caso más conocido de cómo los genéricos contribuyen a reducir el precio de los medicamentos es, sin duda, el de los antirretrovirales que se utilizan para tratar el VIH/SIDA. En el año 2000, antes de que existiera una gran competencia de medicamentos genéricos, una triple combinación de antirretrovirales superaba los 10.000 dólares por paciente al año. Solo dos años después, debido a la competencia de medicamentos de bajo coste, los precios comenzaron a reducirse drásticamente. En la actualidad, la misma combinación se puede obtener en su versión genérica por unos 130 dólares, mientras que la versión registrada disminuyó a unos 550 dólares.

En el planeta mueren a diario 30.000 personas por enfermedades infecciosas y debido a la falta de acceso a medicamentos esenciales. Al año esa cifra se traduce en once millones de seres humanos muertos. Estos cálculos son del presente, en el que los países en vías de desarrollo pueden elaborar genéricos de medicamentos para el tratamiento del sida, la malaria o tuberculosis. Pero cuando los enfermos del tercer mundo se hagan resistentes a los actuales tratamientos y deban cambiarlos por uno de nueva generación, se encontrarán con una gran dificultad: el elevado precio que les cobrarán por ellos las compañías farmacéuticas. Ello se debe a la nueva legislación que funciona desde el 1 de enero de 2005 y que les impide fabricar nuevos genéricos.
En principio debemos señalar que las ganancias de las industrias farmacéuticas se basan en las patentes. Con ellas se impide que alguien copie el medicamento y que todos los que puedan comprarlo tengan que hacerlo al precio que establezca la susodicha farmacéutica. Sin medicamentos protegidos por patentes, no hay negocio ni dinero

Javier Sancho, Responsable de Prensa para temas médicos en Médicos sin Fronteras (MSF), nos pone un ejemplo real que pasó con los antirretrovirales empleados en pacientes con sida hace unos años: “Hace tres años el precio internacional medio de compra de una terapia antirretroviral era de más de diez mil dólares por paciente al año. Para un Ministerio de Salud de un país en desarrollo era insostenible. Gracias a que India, Sudáfrica y otros empezaron a producir genéricos de esos medicamentos, entraron en el mercado y al competir con los de marca, el precio de éstos cayó en picado. Esa misma terapia en sólo dos años la podías conseguir por menos de 300 dólares por paciente y año. Imaginemos en ese abanico de descenso de precios cuántos pacientes pudieron entrar para ser tratados, cuánta gente se libró de la muerte por esa política de libre competencia de medicamentos cualificados”.

¿Qué papel juega en este grave asunto la OMS (Organización Mundial de la Salud)?. Lamentablemente debemos decir que su papel es de mera “convidada de piedra”. Su intermediación en defensa de los medicamentos genéricos ha venido, siendo cada vez mas tibia y en estos momentos podríamos casi decir que se ha puesto del lado de las multinacionales del medicamento.

La nueva directora general de la OMS, Margaret Chan, "debería defender a los pobres", señaló James Love, director de Knowledge Ecology International, organización con sede en Washington que presiona a favor del abaratamiento de los medicamentos mediante la producción de genéricos. "La OMS debe reflexionar sobre su papel en las campañas mundiales por la salud pública. Debe hacer frente a las amenazas de las grandes compañías farmacéuticas", afirmó, por su parte, Nimit Tienudom, director de la organización no gubernamental AIDS Access Foundation, con sede en Bangkok.

Par terminar, mi querido lector te debo decir que como siempre estamos frente a la batalla del rico y el pobre, estamos ante la cada vez mayor brecha que se esta abriendo en nuestro planeta entre los seres humos dominadores y los dominados. Lo peor de todo es que leemos estas cosas y seguimos cómodamente sentados en nuestro sillón gozando de la gran suerte de haber nacido en un país en donde la lucha por la vida es mucho más cómoda que en los países del tercer mundo.

(Periódico del Común de la Mancha 24-2-2007)

domingo, 4 de febrero de 2007

EL APAGÓN ELÉCTRICO: Y después… ¿qué?

El día 1 de febrero los ciudadanos de todo el mundo estaban convocados a sumarse al gesto que propuso la plataforma ecologista francesa “La Alianza por el Planeta” en relación con el cambio climático y sus consecuencias consistente en apagar los aparatos eléctricos de nuestros hogares y centros públicos. Fueron 5 minutos en los que millones de hogares se quedaron a oscuras para llamar la atención de los políticos y gobiernos del planeta en relación con los abusos e incumplimientos derivados de las políticas energéticas y medioambientales de los países industrializados.

La convocatoria coincidió en el tiempo con la presentación del informe del llamado Grupo de Trabajo I (WG1) del Grupo Internacional de Cambio Climático de la ONU (IPCC, en sus siglas en inglés), y que han estado elaborando durante los últimos seis años más de 3.000 científicos de todo el mundo. Dicho informe fue presentado al día siguiente del apagón, día 2 de febrero, en la sede de la UNESCO.

En relación con estos hechos, en mi opinión puramente mediáticos y poco efectivos, viene a cuento hablar de la situación del cambio climático y de sus consecuencias. Ya no se trata, a la luz del informe, de hablar de hechos previsibles, esta vez se trata de hablar de hechos constatados. Por lo tanto las acciones que haya que emprender a partir de ahora no solo consistirán en apagar la luz durante 5 minutos, sino que la acción debe ir mucho más allá. Es la hora de sacudir los sillones de los jerarcas de las empresas y de la política mundial con el fin de no de pedir o sugerir acciones y/o actitudes, ahora, mis queridos conciudadanos se trata de exigir que se ponga freno a esta situación. La cosa cambia bastante.

El apagón del 1 de febrero supuso una disminución de un 2,5 % de la demanda de energía eléctrica en nuestro país, unos 11.000 MW dejaron de consumirse durante esos 5 minutos, que por otra parte debemos decir se perdieron, es decir no se ahorraron, puesto que cualquier electricista con pocos estudios sabe que la potencia eléctrica en la red no se puede quitar y poner a gusto y capricho del usuario en 5 minutos. Lo único que si existió fue una “punta” y un “valle” en la curva de demanda, por cierto poco significativa.

Piense mi amigo lector que esas puntas y valles en la demanda de energía se producen a diario en todos los países electrificados. En nuestro país, por ejemplo, cuando se juega un partido de fútbol y se tiene que desempatar a penaltis, en ese caso los aparatos de televisión y los radiadores eléctricos prolongan durante esos minutos una demanda de carga que no se contaba con ella si bien es preciso dejar claro que el Centro Nacional Repartidor de Cargas que coordina Red Eléctrica si lo tiene previsto en sus gráficos de carga diarios.

Resulta bastante paradójico y casi de risa el hecho de que desde el propio Ministerio de Industria y Energía se hable de que todo esta previsto para que no suceda nada y que además el gobierno se suma al gesto de los convocantes y aplaude la medida, mientras que el gobierno del país no da cuenta exacta y puntual de cual es el grado de cumplimiento de los acuerdos internacionales en materia de emisiones y cuales son las medidas que esta tomando para paliar los efectos del cambio climático en nuestro país.

Me pregunto si el señor Bush en su “despacho oval” de la “casa blanca” apagó también la luz, cerró los ojos y reflexionó sobre su responsabilidad en lo que esta pasando. No se si en el despacho del gerente de la traída y llevada empresa multinacional de la energía alemana EON, dueña de la mayoría de las infraestructuras energéticas de Europa también se apagaron las luces y su presidente meditó con su consejo de administración en las consecuencias del cambio climático.

No seré yo el que se oponga a que existan gestos mediáticos y panfletos de los grupos ecologistas, ceo que es bueno sumar y siempre estaré en el lado en este caso de los perdedores, es decir de las víctimas de los atropellos económicos y ecológicos que se están produciendo en el terreno de la energía. Pero quiero denunciar, desde esta modesta tribuna, la indolencia de los gobiernos y la política neocapitalista y feroz de las multinacionales de la energía a las que les importa “una mierda” (perdón por la expresión) el cambio climático.

Yo ese día 1 apague los ordenadores del laboratorio en donde estaba dando clase y me salí al pasillo en la segunda planta de la Facultad de Informática de Ciudad Real y hablé con mis alumnos de la gravedad del asunto, porque en ese momento debía hacer el papel de buena pedagogía con estos jóvenes de hoy, pero fui consciente del poco valor de mi gesto, sabiendo que esta lucha es desigual.

El informe que el comité de científicos presento el día 2 de febrero en la sede de la UNESCO es uno más de los miles de informes que hay en los despachos de los gobernantes del plantea. Como todos los informes denuncian lo que ustedes y yo vemos y sufrimos en nuestra carne y en nuestra vida, como todos los informes plantea horizontes a las acciones, habla de tasas de incrementos, de incumplimientos, de desastres, habla de lo que usted ve todos los días en la televisión, habla de lo que ellos no quieren ver ni oír desde sus tronos de oro.

El mar se nos hecha encima, las lluvias y los huracanes destruirán nuestras viviendas y nuestras vidas, el calor será asfixiante, las montañas dejaran de tener sus cumbres llenas de nieve y de hielo, los animales y las plantas verán seriamente amenazo su ciclo vital. Esa película ya la tienen vista los responsables de esta situación, los criminales que se sientan en las cumbres climáticas y se niegan a firmar los acuerdos presionados por las multinacionales que les mantienen en el poder. Mientras nosotros apagaremos la luz cinco minutos y diremos que esto no puede seguir así. Saldremos al campo e intentaremos evocar otros tiempos en los que había ríos de aguas limpias, inviernos fríos y veranos calurosos, y las flores abrían sus pétalos invariablemente en la misma época del año, y los osos dormían su larga siesta invernal, no como ahora que deambulan despistados buscando la nieve y el invierno que otros les arrebataron en su ciclo vital.

¿Hasta cuando vamos a seguir así? Buena pregunta es esta. Seguiremos así mientras que no pasemos a la acción, mientras que nuestra pereza no nos abandone y salgamos a la calle a exigir, no a pedir, que se ponga fin a esta infernal carrera para destruir nuestro planeta. Bien están los gestos mediáticos, pero no bastan, hay que militar activamente en la defensa de la vida de nuestro planeta.